Espiritualidad...

Un punto en el espacio, un alma que se alimenta de eternas transformaciones y aperendizajes.

El agua que fluye con màs energìa, desembocando en diversas metas.

Cascada de lluvia y canto y las eternas flores del ciruelo.

Hielo derretido sobre aquella rosa, petalos salvajes encendidos como llama.

Eterno bichito de luz (como los llaman mis abuelos en el campo) iluminando los ojos despiertos.

Viajes no solo fìsicos, sino màs bien astrales y los cincos sentidos como guias, como mapas de ruta.

Las distancias son eternas, vencedosras de los tiempos y de los cuerpos fìsicos, aferrados al sentimiento de no querer estar distante, vencedora de los dìas y las noches, de los ciclos anuales. Se compadecen de nosotros regalandonos encuentros y prestandonos tiempos, espacios fìsicos, dìas y noches y un solo ciclo anual (aquel de fuego, lluvia y flores de palo borracho)

Comparto esta reflexiòn con ustedes, despues de un dìa de lluvia y mùsica oriental, sabiendo que con un poco de metàforas describo un entorno conocido para mi, y quizas para ustedes tambièn.

Todo lo que se, es lo que me dijo una de las hermanas mora (me gusta llamarla asì, porque ella es una de las tres que me hace acoradar a este personaje de "La casa de los espìritus", desde su sexto sentido y su comunicaciòn espiritual) que tengo que hacer aquello de lo que hablamos hace un año atràs.

*aclaro: no aspirè nada ni fume algo raro ni mucho menos estoy drogada, es solo que me volviò a nacer lo espiritual, ese sexto sentido con el cual nacì y el cual a veces me dio miedo tener.